Lo natural es pensar y esperar que los triunfos de la vida vienen con fanfarrias y mucho festejo, que cuando más tenemos éxito es porque estamos en nuestro mejor momento y ejerciendo nuestro mayor potencial y destrezas y capacidades y que todos nos aplaudirán y nos admirarán. Pero hubo un Hombre, Jesucristo el Hijo del Dios viviente, que logró una hazaña tan grande, tan poderosa y tan digna de alabanza, triunfo que nadie mas podría haber hecho y esto a través de la debilidad, pasando una humillación como ninguna y experimentando desprecio y rechazo de sus contemporaneos. Cristo Jesús siendo crucificado, consiguió pagar tu pecado y el mío, logró satisfacer el decreto de un Dios santo y justo "para que todo aquel que cree en él no se pierda sino que tenga vida eterna". El triunfo de Jesús sobre el pecado y sobre la muerte es la victoria más grande de todos los tiempos y fue lograda en la debilidad de una cruz, donde nadie lo admiraba, donde nadie le aplaudía, donde...
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